Una mamada de cortesía. Esta hermosa francesa entra en mi habitación para agradecerme la ayuda que le he prestado. Muy cariñosa y decidida a darme placer, dejó que se le vieran los pechos y, vestida con unas escasas bragas negras, esperó a que saliera de la ducha. Muy educada, me chupó lentamente, lamiéndome los huevos de abajo arriba y chupándome la cabeza de la polla, me corrí en su boca.