Una chica inocente es devorada por un magnate. El tipo es un magnate del mercado de inversiones. Llama a esta chica inocente a su casa para enseñarle algunas cosas. La conversación se acalora y le enseña a esta rubia su gran polla blanca. Ella, tímida pero curiosa, pide volver a verla. Esta vez, se deja caer sobre su boca y deja que el tipo se la folle a cuatro patas.